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para que no se pierda…
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Es penosa la realidad cuando es culpable de los risibles resultados, la
misma pena cuando las ideas son tan retrógradas o carecen del razonamiento
necesario para convertirse en acción que estimule el progreso personal o
colectivo, y que por el contrario, a veces se convierten en pésimas acciones.
El más grande de todos los miedos siempre ha sido hacia lo desconocido, que
es algo que por ende no es controlado, y dentro de eso “desconocido”, a lo que
más se le teme es a la muerte: Dentro de todo tipo de ideas, pensamientos o
hasta estudios sobre la muerte, pareciera que lo único que se busca es el
consuelo de un bienestar en el “otro lado”; No existe testimonio, tipo de
medición o de control sobre ella, entonces se le ha dado, dentro de la
ignorancia y el amplísimo terreno que domina, un tinte maligno y oscuro y todo
porque no se le puede tener y mantener sujeta al capricho del hombre, aunque
eso no quiera decir que no se lucre con ella y todos sabemos que el miedo vende
y con altas utilidades. Si bien todo lo desconocido es sujeto de malo o dañino.
Si bien en la antigüedad se enterraban a los difuntos con todo tipo de
objetos como armas, juguetes, vestimenta, joyas, amuletos, escudos, y hasta con
animales y sirvientes con la idea de que fueran utilizados en su “otra vida”,
nada ni nadie ha podido decir con seguridad qué es lo que hay en ese “otro lado”
por la sencilla razón de que nadie ha vuelto y porque nadie quién ya ha pasado
hacia ese lado lo ha experimentado como para dar un testimonio; tal vez sea porque
en realidad ni existe nada, o tal vez porque la fiesta en el otro lado está en
su mejor momento y nadie tiene tiempo de regresar a saludar y explicarnos que
nos espera; nadie lo sabe, en serio: NADIE, pero lo más patético del asunto es
que alguien, como las iglesias, te hablen de algo que nadie ha visto y nadie
conoce con tal seguridad cuando en realidad no tienen ni la más remota lógica y
que, por supuesto, lo vendan y lo obliguen a creer entre sus seguidores o de lo
contrario son acreedores a todo tipo de penas y castigos a diferentes niveles;
claro, poniéndole uno que otro tinte de consuelo en sus “explicaciones” para
desahogar a los más temerosos y evitar que comiencen a pensar por sí solos.
No se puede negar la riqueza cultural de los usos y costumbres de los
actuales pueblos indígenas por ejemplo, pero de eso a creer que un brujo de
Catemaco puede curar con sus “técnicas” enfermedades que difícilmente conoce a
comparación con un verdadero doctor es otra cosa, es vergonzoso que un doctor,
a quien le ha costado años de estudio y decenas de cursos y seminarios de
actualizacion en el campo que domina, tenga que “pedirle” a un paciente con
cáncer que no abandone su tratamiento porque está más convencido de ir con
brujos que con engaños disfrazan sus métodos como “medicina alternativa” y que
encima de todo, no falta quien asegura que tiene a un conocido que se curó gracias
a estos hechiceros urbanos que son los primeros en abrir sus puertas a los
desahuciados y desesperanzados siempre y cuando traigan dinero con el que le
pondrán un alto precio a su esperanza pero sobre todo, acudan con muchas
ganitas de creer en tarugadas. PATÉTICO y punto.
¿Para qué entonces tenemos científicos que tratan de investigar el origen,
las causas y las soluciones de virus, bacterias, parásitos, células
cancerígenas, padecimientos y todo tipo de enfermedades, si con pedirle a un
pedazo de yeso en forma de humano y al que llaman sus fieles seguidores “Santo
o Mesías” puede solucionarlo todo si sabes cómo rezarle bien bonito para conmoverlo
y que te ayude?, ¿por qué es tan difícil de creer y convencer a la gente de que
la solución está en la buena investigación y su aplicación y no en el producto
de mitologías y cuentos tontos?
La respuesta es fácil: Porque llevamos arrastrando “usos y costumbres”
tontas por siglos; y ese “arrastre” no nos deja seguir al paso que exige un
progreso social eficiente y que le urge al país para tener un buen sistema de
salud, de pensamiento y educación científica, académico, de ayuda humanitaria y
de verdadero avance porque tenemos miedo también al cambio y creemos que no lo
necesitamos.
No sé si se han dado cuenta pero curiosamente donde más educación falta es
donde más milagros aparecen, ¿o porqué no aparece la cara de Jesús en una
universidad?; no han aceptado que la religión solo es cuestión de geografía y
que donde hubiesen nacido, practicarían la religión dominante de la zona mas no
por un convencimiento personal sobre ética y valores que es lo que más les
falta a todas las religiones, ¿nunca se han puesto a pensar porque los “milagros”
propios del islam, del budismo, del judaísmo, o cualquier otra fe no se
aparecen en los “dominios” del cristianismo y viceversa?; ¿por qué no aparece
un milagro islámico en la ciudad de México?; ¿tan difícil es darse cuenta que
sólo les ven la cara de tontos?, ¿por qué no aceptar que lo que pensaron o les
enseñaron nuestros padres y abuelos está equivocado y es buena hora de
reflexionar y reaccionar?; ¿o acaso es más fácil que un idiota que se cree
líder y “tocado” por dios convenza a las personas de destruir una escuela porque
la enseñanza y el pensamiento son “malos y peligrosos”?
El mayor problema actual sobre esos “usos y costumbres” que arrastramos
tiene que ver con los que nos fueron inculcados por nuestros padres, casi nadie
se atreve a contradecir lo que sus padres o abuelos les enseñaron porque tienen
esa idea de que si se les contradice, se les falta el respeto, y por ende, si
piensan contrario a sus padres, son señalados de personas malas y no quieren
quedar fuera de la aceptación familiar o social, entonces, nuevamente:
PATÉTICO.
Sólo imaginen esto: Ahora se puede cuestionar casi todo tipo de ideas y
pensamientos antiguos, los nietos ahora se pueden burlar de que antes, sus
abuelos, salían a espantar con cacerolas a unos malvados “demonios” que
ocultaban el sol cada cierto tiempo, claro, ahora se burlan porque saben que
eso tiene una explicación (y científica, para colmo y aunque les duela) y se
llaman eclipses solares, pero esos mismos nietos difícilmente se “burlan” o
dudan de una Vírgen de Guadalupe, o de un San Judas Tadeo, o cualquier
personaje de la religión que les fue enseñada porque sí se creen ese cuento de
que si les pides, obtienes ayuda (¡válgame!) o porque si no piensas igual, los
demás se burlarán (y nadie quiere ser el centro de las burlas) o para colmo, si
no piensas como se supone “se debe” pensar, vas a hacer enojar a diosito, que
aunque él es todo amor, te va a venir a armar un pedote que pa´ qué quieres y
si pasa algo malo va a ser tu culpa.
Pero entonces ocurre algo curioso: La ciencia ha ido descifrando el origen de
lo que pasa con la naturaleza, como éstos eclipses (o tormentas, o huracanes, o
infecciones, o terremotos o tormentas eléctricas, o erupciones volcánicas, o
bacterias, o plagas, o pandemias) y todo tipo de fenómenos y hechos a los que
nuestros abuelitos -¡hay tan lindos!- les ponían nombres de dioses y que
actuaban para bien o para mal hacia un pueblo que hacía o no hacía lo que
debían de hacer, o lo que es lo mismo, nos enseñaron a creernos el cuento de
que se nos premiaba o castigaba dependiendo del comportamiento, como si un
fenómeno natural se originara dependiendo del número de doncellas sacrificadas
o el cuerpo se cura con brebajes de dudosa higiene. Afortunadamente y para
desgracia de este tipo de ideas atrasadas y retrasadas, la ciencia ha ido
explicando cada fenómeno y es la terrible culpable del “asesinato” de cada dios
o santo.
Pero acá una cuestión: ¿Cómo pasa la ciencia a desenmascarar una idiotez
tan grande como la sencilla idea de adjudicar un milagro a “alguien” que nadie
ha visto o siquiera existió y donde el único lugar que existe es en la mente
humana y eso no es palpable?, ¿cómo pasa la ciencia que es real y tangible a
comprobar el pensamiento de lo imaginario como es la mente humana tonta y que
es hogar de todo tipo de estupideces como dioses, vírgenes, santos, demonios y
milagros?, ¡he ahí el éxito de la actual religión!, una vez que fue derrotada
la religión en el campo palpable, en el de los hechos comprobables y
explicables, se refugiaron en lo que no se puede tocar como lo es la fe en lo
tonto y que, irónicamente, representa todo lo que nunca permitieron por siglos a
sus creyentes porque imponían un pensamiento autoritario, asesino, intolerante
y tirano: En la idea personal que tiene cada individuo de un tal “libre
albedrío” y que es ahora el nuevo producto de la iglesia para venderle a los
tarados la idea de que no se puede comprobar científicamente lo que uno siente
en el corazón.
Ahora resulta que la iglesia que decía el qué, el cómo, el cuándo y a qué
hora de las cosas y se llevó entre las patas a miles, viene a pedir que sean
tolerantes con ella y a pedir otra oportunidad con carita de víctima y con un
falso y para que veas, te da chance de que te imagines toda su concepción y
universo religioso como por ejemplo un diosito con una playera del América,
bigotes hipsters y pantalones vaqueros pero siempre y cuando sigas creyendo en
él, lo aceptes como tu único todo salvador y no te salgas del corral.
¡Y ahí van todos los tarados a comprarle a la iglesia (y a comprarle bastante
caro) su desesperada estrategia!. ¿pero si se dan cuenta para qué?, ¿no?, ¿qué
raro?, bueno, pues por la sencilla razón de mantener a las masas controladas y
la masa no es más que el cúmulo de idiotas maleable y dirigible hacia donde
mejor convenga y si puedes controlar a una masa enorme a la que le permitas hacerle
creer que está pensando en un libre albedrío pues tienes el poder sobre ellos,
les venderás lo que sea y harán lo que quieras, y una de las formas más
efectivas de controlarlos es meterle todo tipo de miedo y luego venderle
soluciones (si siglos atrás se les vendía la idea de que la peste bubónica era
un castigo divino por los pecados cometidos, ahora se les vende otro tipo de “terrorismo”
disfrazados de castigos como las armas de destrucción masiva, comunismo,
socialismo, rojos, ché-guevarismo, castrismo, evo-moralismo, chavismo y todo
eso que vaya en contra del régimen dominante y que por cierto, nadie se toma la
molestia de investigar de qué se trata cada “-ismo” pero eso si, todo mundo
dice que es malo porque otro lo dijo).
¿Se han puesto a pensar por qué México le cuesta tanto trabajo avanzar como
debiera ser?, ¿se han puesto a pensar que prácticamente toda la culpa tiene que
ver con la creencia religiosa y el pensamiento de la fe?, ¿de que nuestro
atraso proviene de la cruz de tu cuello o de la vírgen de la puerte de tu
casa?, ¿notan que no todo es una pésima aplicación de la administración pública
y políticas que se malbaratan al mejor postor?, ¿cómo inyectarles entonces
políticas de ciencia y tecnología a los pueblos cuando sufren de religión?, ¿han
notado que no pasa nada malo (sino todo lo contrario), si contradecimos a los
padres y a los abuelos en todo lo que sea verdaderamente cuestionable?, ¿se
atreven o siguen pensando que le faltas el respeto sin darte cuenta en el
patriarcado mental al que estás sometido y que a la larga también eso es lo que
le vas a enseñar a tus hijos?, ¿en dónde está lo peligroso de que los doctores
busquen la cura contra el cáncer, que los científicos atraviesen todo el
sistema solar o que los ingenieros creen nanotecnologías con resultados que
antes se creían imposibles?
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