martes, 22 de febrero de 2011

“Culos a cuadro…”


El machismo generalizado por la población mexicana tiene un maestro (y alumno a la vez) con quien retroalimentarse día a día y en dónde el flujo de corriente de este círculo vicioso son millones de pesos que van a parar a los bolsillos de los empresarios monopolistas o duopolistas en el negocio del entretenimiento, sobretodo en la televisión.

Estas empresas como Televisa y TV Azteca, que a su vez tienen infinidad de radiodifusoras, prensa escrita, numerosas publicaciones, páginas de internet, jueguitos de azar y compañías de telecomunicaciones, argumentan que bajo la defensa de la libertad de expresión, el contenido puede y debe ser libre. Pero en la mayoría de los casos, con tal de vender, se repite una y otra vez la fórmula que deja más ventas: La explotación sexista de las mujeres.

En esta ocasión no se trata de si son chismes de alcoholismo presidencial, defensa con uñas y dientes de una ley que mantenga el duopolio o penosas lecciones de entrevistas en ¿inglés? a celebridades en horario estelar y cadena nacional; se trata de mantener el rating y las ventas altas sobre temas de interés deportivo a base de chichis y nalgas.

Muy sonado fue el caso de Inés Sainz de TV Azteca hace unos meses donde al parecer sufrió de insultos en el casillero de los Jets de Nueva York al intentar entrevistar a su jugador del momento Mark Sánchez; muchos pensarán ¿qué rayos hace la susodicha en el casillero de los jugadores donde se supone que es un espacio privado?; pero el caso es que siempre los jugadores son abordados por docenas de periodistas quienes los entrevistan cuando apenas acaban de ducharse o se están cambiando de ropa en dicho lugar y esto es permitido por la liga (NFL), por lo que en caso de Inés Sainz lo que llamó atención fue su físico (específicamente su trasero y la forma en la que lo viste, presume y menea).

Como siempre he dicho y siempre he defendido, siempre habrá comunicadores en deportes que estén especializados en “comentar o narrar” lo que está a cuadro, pero difícilmente tendremos verdaderos “analistas”, en el caso concreto y al que me inclino más, sobre football americano.

Pero volvamos al caso de Sáinz, al ver sus entrevistas a jugadores y comentarios en programas deportivos, comenta, repito, comenta cualquier pendejada que la mayoría de la veces, no tiene nada que ver con el juego que se está llevando a cabo.

No sólo se trata de que la señorita no sepa ni madres de lo que es un análisis de football americano (porque de si de opiniones y comentarios se tratase, pues todos la tienen, pero el hecho es que la niña no sabe ni madres y se prefiere que no habla ya que el tono de su voz es bastante incómodo como para que encima diga pendejadas…) sino que refuerza los argumentos de los estereotipos de machismos en contra de las mujeres en cuanto a deportes en televisión se refiere. Esto es a lo que me refiero: Gracias a su físico, consigue entrevistas que para un hombre o una mujer no tan atractiva son prácticamente imposibles de conseguir y no porque sea medio famosa la dama, sino porque el deportista –nada pendejo- le da la oportunidad de “invitarla” –por así decirlo- a la cama (como le sugirió continuar una entrevista en privado y en su habitación el futbolista Rivaldo); ¿y para que encima  le pregunte pendejadas y ponga en ridículo a las féminas mexicanas?

Otro caso similar es el de la señorita “fitness” Rebeca Rubio de Televisa: A nadie le interesa qué tanto sabe de salud y cómo hacer correctamente ejercicio ni ponernos en forma y llevar un buen ritmo respiratorio ni nada de eso, ¡Ni madres!, a todos los hombres nos interesa que se vayan a cada rato a corte para verla haciendo flexiones y mientras salga todo menos la cara a cuadro, mejor; y si habla lo menos posible, mucho mejor (¿habla?). Digo, su mejor defensa sería que su perfil de facebook o sus “tweets” fueran sobre algo realmente de deporte, técnicas, análisis o algo por el estilo, pero no, remata con galerías vestida con uniformes deportivos entallados o en trajes de baño.

Lo mismo pasa con Vanessa Huppenkothen, que no hable, solo que se ponga su ropa deportiva super entallada y camine con algún comentarista de lado a lado de la cancha para ver el meneo de sus carnes; y lo mismo con Inés Gómez Mont, que se la pase cruce y cruce las piernas con los comentaristas de TV Azteca mientras escupe idioteces en microfalda; y lo mismo de forma generalizada con Marisol González y hasta con la “Reata” de Brozo, donde lo único que sobresale de las señoritas son sus sesiones fotográficas en revistas como H, Maxim o Playboy. Deberían exclusivamente a dedicarse a ser “edecarnes” como las del box y luchas, ¿o a poco creerán en serio que a la afición le interesa otra cosa que sus atributos físicos?

¿Entonces qué se enojan y  se quejan cuando les chiflan y con ingeniosos albures les detallan todo lo que les quieren hacer?, digo, ¿para eso se alquilan no?, ¿o a poco les vamos ver algún día explicando cómo hacer una cobertura personal, qué maniobras defensivas les dan éxito a los equipos, nos enseñarán técnicas para acarrear el balón, “drilles” de línea ofensiva o cómo se desarrolla una jugada de zona en lugar de ser las “Madrinas de Tanga” de algún equipo de soccer nacional?, si ni los pobres diablos que salen a cuadro lo saben y eso que algunos se supone que jugaron. Por eso sólo las pobres señoritas sólo reaccionan a grito del director de cámaras de: “¡Sonriendo y parando el culo que está al aire en 3…, 2…, 1…”.

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