La mayor parte de la estupidez actual de la sociedad tiene que ver por dos grandes males: La pésima calidad de los programas de televisión que ven y las inútiles (y dañinas a largo plazo) pendejadas que pasan en la familia del individuo en cuestión y que le fueron heredadas de generación en generación.
¿Cuántas veces hemos visto que al niño lo visten a dominguear con su uniforme pirata del Cruz Azul, Chivas o América cuando ni le han preguntado qué equipo le gusta, pero el papá es fanático de “hueso colorado” y quiere que el niño sea jugador profesional para que lo saque de pobre o que realice los sueños del padre porque a él, sus habilidades y aptitudes deportivas se lo negaban? (#mecaequeyanomamen). Pero eso sí, ya invitaron a los vecinos y los primos a la barbacoa y están listos a ver el clásico del fútbol mexicano y creen que es el mejor de América o del mundo.
Este último clásico del fútbol soccer mexicano vuelve a demostrar y reforzar lo que padece el fútbol desde hace décadas y que tanto a los directivos, como a los jugadores, periodistas y sobre todo aficionados fanáticos, les cuesta tanto trabajo aceptar: Que el fútbol mexicano y todo lo que lo rodea, tiene un pésimo nivel, tanto a nivel interno, como mundial. Digamos un nivel tipo #culerito y de pena ajena.
Cada víspera del “clásico” es la misma clásica predicción y la misma clásica vergüenza nacional: Días antes del juego en cuestión siempre es lo mismo: Te anuncian y anuncian y anuncian que se va a abrir un chat donde la gente va a poder dar su opinión y debatir en vivo (eso sí, no saben ni prender la computadora pero ¿quieren que chateen a la mera hora del juego y perdérselo? ¡aja!); Televisa, quien posee a las Chivas y al América y que tiene millones para conseguir un excelente comediante, te vuelve a pasar una mano con ojos vistiendo una estúpida playerita y te hace pensar que es gracioso burlarse de los aficionados, de las mujeres o del equipo perdedor; los reporteros de Televisa y TV Azteca se mojan por pasar el chisme sobre la vida personal de los jugadores o el video de internet de mala (y si se puede, pésima) calidad de las jugadas de la semana (siendo televisoras millonarias); a la hora del partido; el idiota del perro Bermúdez, en su narración (repito: narración, nunca análisis) apoda a todos los jugadores en cada oportunidad y te lanza un anuncio publicitario en cada momento (como cuando el árbitro delimita con un aerosol una línea para el tiro libre); a huevo de los a huevos te van a pasar (por enésima vez) a las pinches momias de Sergio Corona y Manuel “El Loco” según ellos apostando pendejada y media como la cabellera o que el perdedor vista la playera del ganador (si es que primero no se la pasan poniendo tomas de la finura de Cármen Salinas en un palco o la abordan a cada momento a ver si dice alguna frase memorable como sólo ella sabe); días y horas antes del partido, Ricardo Salazar (el viejo mugroso ese que tiene los dientes bien ojetes), te va a inundar de datos pendejos pero sobretodo inútiles del clásico y que no afectan al juego en disputa; te van a pasar las declaraciones de Jorge Vergara (dueño de Chivas) donde pronostica que siempre ganan y hace menos al equipo contrario; van a pasarte a los fanáticos más pinches incómodos a la vista (al parecer se ponen de acuerdo para pasar a los integrantes de las barras más pinches feos, ñeros, groseros y que con trabajos hablan español o pueden lograr cinco segundos de retención de memoria a las preguntas idiotas de quien le toco estar codeándose en el reportaje de color entre sudor de aficionados que obedecen a duchas de manera intermitente, poco o nulo nivel intelectual y de conciencia social, cobardía colectiva, porras copiadas de otros países y pasiones solo alcanzadas por su propia religión); aparte te van a poner datos de cuántos policías se utilizaron para salvaguardar a los aficionados (o las tomas de los que arrestan, de esos que avientan la piedra y esconden la mano mientras hacen señas raras con las manos como si fueran maras salvatruchas pero ni pito de idea tienen lo que significa lo que hacen).
Hablando propiamente del desarrollo y resultado del juego lo mismo: Una pinche demostración de aburrimiento total originada del pésimo nivel futbolístico de 22 pobres diablos que durante 90 minutos se creen dioses, pero a la hora de responder, sólo nos dan la razón (Ejemplos: Memo Ochoa u Omar Arellano).
El juego en si carece de pies y cabeza, no existe un ataque definido, ni una defensa sólida, sólo vean la estatura del autor del primer gol, Erick Torres quien anotó de cabeza y sin brincar (!), o las marcas defensivas de espectadores en primera fila en el segundo y tercero.
Digo, no hay que ser jugador profesional de soccer para saber que están por la calle y se suponen que son jugadores profesionales: Chaparros –menos de 1.70 en promedio-, débiles físicamente –si pesan 60 kilos ya son un lujo, ahora imagínatelos en el gimnasio de hazmerreír con sus mancuernitas soñando con ser campeones del mundo-; con piernitas y bracitos de señoritas –pero se creen que tienen el físico de brasileños pentacampeones del mundo-; sin técnica futbolística o al menos deportiva –pero creen que tienen las aptitudes de los italianos tetracampeones del mundo con la mierda de entrenamientos y la forma mediocre de entrenar y si tienen más de un juego a la semana siempre se excusan de agotamiento o de la altura sobre el nivel del mar-; sin actitud –perdedores, pesimistas y sin ambición de ganar-; siempre quieren engañar al árbitro tirándose y buscando el penal –se revuelcan como si les rompieran las piernas pero cuando no les marcan falta a su favor se paran como si nada y le mientan la madre al árbitro-, son estúpidos, tontitos o con ligero retraso mental –observe detalladamente la mirada y sus atinadísimas respuestas en las entrevistas-; son soberbios –vea como salen como héroes o galanes en las portadas y reportajes del chismógrafo deportivo Récord- y todavía encima de esto, los medios te bombardean para que los idolatres como héroes nacionales y los apoyes incondicionalmente cuando son unos borrachotes y hasta se meten con transexuales y mafiosos. ¡Bravo idiotas!
Estos ejemplos, tanto del equipo y su desempeño en la cancha, como de sus aficionados o todo el ambiente que se genera, desgraciadamente se puede aterrizar en cualquiera de los 18 equipos del fútbol nacional y estar orgulloso de tu fútbol nacional excusándote de que: Así es en México y es la tradición.
Entiendo perfectamente que te guste un equipo, sus colores, que desde niño le vas y los viste por última vez ser campeones (o sea, hace un chingo) pero eso a que estés afuera de los entrenamientos cazando autógrafos, llores cuando pierdan y si vas a ver el juego al estadio hagas desmanes, ya eso da penita ajena. Recuerda que no es lo mismo ser seguidor que ser fanático; porque el seguidor con lo bueno y lo malo apoya, pero el fanático es ciego, no reconoce lo malo, es intolerante y te quiere imponer su idea.
a ver, te mega desplayaste con el tema del fut, por Dios y eso que solo era para comentar, solo checa cuantos renglones le dedicaste, y pues como quieres pedir buena tv cuando eso es lo que deja, el canal 22, 11 y 40 manejan de vez en cuando buenas información pero aun así cuando pasa algo mundial le dedican todo el día y eso más que retroalimentar fastidia pero sin tv de paga que puedes pedir los paquetes económicos que manejas van casi a lo mismo ya hasta en cartoon network ponen al chavo pufff!!! y eso que de alguna manera es de "PAGA" resumen sin buena educación y atención a los hijos la cadena de estupidez sigue y es por ellos que muchas personas solucionan la educación de los niños cuando están dando lata, prendiendo la tv con programas que ni mencionar y pues...!!! Creo no soy al 100% culta para criticar pero si darme cuenta de la obviedad!
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