Hace un par de semanas, cuando tuve la oportunidad de viajar por avión con dos buenas amigas, en el momento del aterrizaje noté que mucha gente aplaudía, supongo que al piloto, el hecho de llegar a tierra sanos y salvos, a lo que me pregunte: ¿qué chingados aplauden?, y comenzamos a conversar que no solamente es en esta circunstancia, sino en otras igual de irrelevantes donde la gente acostumbra estúpidamente a aplaudir.
Me parece bastante estúpido que le aplaudan al piloto por el simple hecho de aterrizar, ¿pues qué se vienen cagando de miedo, rezando y horrorizados o con el culo en la mano como para agradecer con aplausos a que se termine el viaje?; ¡chingadamadre es su trabajo llevarnos y ponernos en tierra sanos y salvos!, ¡no chinguen, el wey ese del piloto no cobra nada barato como para que le aplaudan como a un payasito por hacer su trabajo!, ¿o a alguien le gustaría que le aplaudieran en su trabajo solo por hacerlo?
Otros ejemplos que nos acordamos son cuando en los restaurantes, aplauden al llegar los platos a la mesa; ¿eso qué chingados?, ¡ni modo que no les traigan nada pendejos!; o cuando el comensal aprueba el trabajo del chef con aplausos al probar los alimentos, o sea, ¿de qué se trata?, ¿de aplaudir cualquier pendejada?, entonces voy a aplaudir cada vez que alguien salga del baño solo porque terminó de cagar y todo salió bien.
En el cine, lo mismo; recuerdo que en mayo de 2004, cuando se estrenaba la parte final de Star Wars, con el Episodio III: La venganza de los Sith; en la película hay una secuencia donde ordenan asesinar (mediante la famosa órden 66) a todos los Jedis (o a los buenos de la película); en dichas escenas matan y les ponen la madriza de sus vidas a todos estos Jedis y al final pasan el intento de asesinato del maestro Yoda –que es el chingón de todos ellos-, pero como este chaparro era bien fregón, pues se da cuenta y les da la vuelta; obviamente está película, cronológicamente es anterior a la primer trilogía, por lo que todo mundo (repito: todo mundo) sabía de antemano que el tal Yoda sobrevivió a estos ataques, pero aún así, no faltaron los pendejetes geeks que se levantaron de sus asientos a aplaudir la faena de Yoda (¡chinguen a su madre!).
En el fútbol, lo mismo; -de por sí el fútbol es el centro de reunión de lo más culero en cuanto a personas incómodas a la vista y al oído que tenemos en el país y encima también aportan con sus “monerías” de aplausos a cada pendejada que se pasa en la cancha-: Cada que sale el balón por las líneas que delimitan la cancha aplauden (!); cada que el árbitro marca una falta a favor del equipo local aplauden (!); cada cambio de jugador aplauden (así entre o salga algún pobre diablo que no hace nada en el partido); acaba el primer tiempo o termina el juego y aplauden (así estén goleando a su equipo); entran al campo los jugadores o regresan del descanso y aplauden (así sean los últimos de la tabla general); cobran un tiro libre pésimamente y casi vuelan el balón del estadio y aplauden (¡no mamen!); se echan una porra –robada de alguna barra extranjera- y ellos mismos se aplauden (supongo que para este tipo de personas ha de ser todo un logro cantar al unísono una porra y que les salga medianamente bien) o lo peor: pasa un chica de buen ver y aplauden (¡madres!, pues ¿por dónde viven o qué?).
Lo más cagado del asunto es que este tipo de personas creen que son expertos en lo que aplauden: no falta el idiota que aplaudió en el avión y dice: ¡fue un excelente aterrizaje! -¡pendejo, como si fueras piloto y supieras de lo que hablas!-; o el que aplaudió en el restaurante al platillo más ojete que pudo escoger de la carta; o el que se hace el cagadito en el cine o peor aún; en el fútbol, donde todos los aficionados se sienten super cracks de jugadores y entrenadores y critican a los que están en la cancha o en el banquillo de que son pendejos, pero a la hora de jugar en la calle están hundidos en su mierda.
Igual o peor de pendejo es ir a un acuario o a un circo y aplaudirle a los animales (delfines, focas, leones, osos, changos, etc.) que bajo tortura y maltrato son obligados a hacer trucos y todavía los padres le dicen a sus hijitos: ¿Ya viste como los animales también son inteligentes? (¡puta madre, no mames!, ¿cómo que también pendejo?) pero en fin; es gente que se sorprende de cualquier pendejada y paga por verlo y hasta cree que su virgen de verdad si se le apareció en una tortilla, un comal o en el tronco de un árbol y su vida está tan llena de fracasos que necesita un poco cal por todas las de arena; pero una cosa es aplaudirle a un ilusionista profesional, el performance que hace la chica del table, a un verdadero golazo y otra que le aplaudan a un profesional por hacer su trabajo o a un pendejo porque piensa o respira al mismo tiempo y no se muere.
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