El deporte actualmente carece de valores de pertenencia y verdadero amor hacia una institución, club o playera por parte del 99 % de quienes lo practican profesionalmente, por desgracia lo que mueve y dicta las reglas es el cáncer social de la avaricia cuyas células cancerígenas tienen forma de depósitos, chequees, billetes y monedas.
Difícilmente se puede encontrar a algún jugador profesional que realmente le interese hacer carrera en una institución y que tenga por delante sus principios profesionales y de respeto hacia ella y a la fiel (o fanática) afición. Por desgracia todo lo mueve el pinche dinero y eso tiene décadas ocurriendo y la víctima silenciosa siempre es y será el deporte que ha mutado en otro negocio de espectáculo que si no tiene utilidades y no es rentable, carecerá de apoyo, lo que provoca que los jugadores vayan y vengan por todos los clubes de alguna liga de un país, entre países o hasta pasen a formar parte del equipo archirrival de enfrente al que antes “odiaban” y hacían todo lo posible por anotarles y ganarles.
Los ejemplos podemos verlos en donde sea y se pueden justificar con que los jugadores todavía tienen el “gas” o la “madera” necesaria para dar más de sí como profesionales antes de pensar en el retiro aunque el equipo al que le dieron años o más de una década los deseche por “viejos” o “lentos” y recurren en otro equipo a intentar renacer su carrera deportiva (aunque la mayoría pasa desapercibidos); si es que no están en el auge o clímax de su nivel deportivo y los “dueños” de los equipos prefieren dejarlo ir como agente libre por su elevado costo (como si no tuvieran dinero para empezar o pusieran de su bolsillo para mantenerlo) y los jugadores, al despegar su exitosa carrera pasan “a la fuerza” y con un agente de por medio a ser parte de equipos que gozan de la fama y el liderato de su respectiva liga, como Javier Hernández de Chivas al Manchester de Inglaterra (es el “Chicharito” para que me entiendas) o ahora Guillermo Ochoa del América al Ajaccio de Francia demostrando que los jugadores no son más que mercancías o activos de los equipos y –quieran o no- por conveniencia de los dueños los compra/venden importándoles nada la cultura deportiva de la rivalidad o los íconos que representan para las aficiones.
Si me preguntan quién fue el quarterback, por ejemplo en la NFL, e ícono de los 49´s de San Francisco de los 80´s y hasta principios de los 90´s, pues la lógica me dirige a que fue (y es) Joe Montana, pero ¿por qué razón terminó en los Jefes de Kansas City?, y este ejemplo lo podemos ver desde más atrás con Fran Tarkenton, otro quarterback de los 60´s y 70´s de los Vikingos de Minnesota y que se fuera a los Gigantes de Nueva York y luego regresara a los Vikingos ¿por qué razón se fue por cuatro años para regresar por otros seis con Minnesota y terminar?; en los 80´s por ejemplo los Raiders de Oakland tuvieron la fortuna de contar con el corredor Marcus Allen con quien ganaron dos Super Tazones (incluso “Jugador Más Valioso” de uno) y que terminara con uno de los tres equipos archirrivales de la división oeste de la AFC: los Jefes de Kansas City; o ¿qué tal Tim Brown, receptor también de los Raiders quien terminara su carrera en los Bucaneros de Tampa Bay?
Otros grandes ejemplos fueron los de Jerry Rice (WR) de los 49´s y con quienes quedara campeón tres ocasiones, se fue de ahí a los Raiders en el 2000, a los Halcones Marinos de Seattle en 2004 y practicara con los Broncos de Denver en 2005; Tom Rathman (RB) también de los 49´s también con tres campeonatos con San Francisco también terminó en los Raiders; Jeff Hosteltler (QB) de los Gigantes campeones también fue a Raiders y a Redkins; Dave Krieg (QB), por ejemplo pasó por Seattle sus mejores glorias y luego anduvo bailando en las bancas de Kansas City, Detroit, Arizona, Chicago y Tennessee; Steve Deberg (QB) lo mismo pero empezó con San Francisco y luego pasó por Denver, Tampa Bay, Kansas City, de nuevo en Tampa Bay, Miami y Atlanta; Brett Favre (QB y quien comenzara en Atlanta) de los Empacadores de Green Bay donde logró su fama y fue campeón pasó a Jets y también a Vikingos; Bill Romanowsky (LB) de San Francisco a Philadelphia, de ahí a Denver y luego terminó en Oakland; algunos ejemplos actuales y todos en excelente nivel deportivo pero al fin de cuentas “mercancías humanas”: Michael Vick (QB), quien comenzó en Halcones Negros de Atlanta, ahora está en las Águilas de Philadelphia (y quien su Jersey es de los más vendidos); Vince Young (QB) de los Titanes de Tennessee a las Águilas de Philadelphia; LaDainian Tomlinson (RB) de los Cargadores de San Diego a Jets de Nueva York; Reggie Bush (RB) de los Santos de Nueva Orleans a los Delfines de Miami; Charles Woodson (CB) de los Raiders a los Empacadores de Green Bay; Chad “Ochocinco” (WR) de los Bengalíes de Cincinnati a los Patriotas de Nueva Inglaterra; Terrel Owens (WR) quien comenzara en los 49´s y pasara por Philadelphia, Dallas, Búfalo y ahora en Cincinnati y así uno se puede seguir días completos…
Para fortuna de los aficionados, son pocos los jugadores que crearon carrera y fama en un solo equipo y eso los hizo grandes, independientemente si quedaron campeones o no o si su equipo era ganador y dominante: Dan Marino (QB) en los Delfines de Miami (1983 – 1999); Darrell Green (CB) de Redskins (1983 – 2002); Troy Aikman (QB) de los Vaqueros de Dallas (1989 – 2000); John Elway de los Broncos (1983 – 1998); Barry Sanders (RB) con los Leones de Detroit (1989 – 1998); Jim Brown (RB) con los Cafés de Cleveland (1957 – 1965); Jackie Slater (T) de los Carneros de Los Angeles/San Luis (1976 – 1995); Jim Otto (C) de los Raiders (1960 – 1974); Art Shell (T) también de Raiders (1968 – 1982) aunque como coach difiero, ya que estuvo no sólo en Raiders, también en el archirrival Kansas City y en Atlanta; en la actualmente creo que solo Payton Manning (QB) quien ha estado en los Potros de Indiannapolis desde 1998 y acaba de firmar una extensión de contrato pueda ser el único actual que realmente genere una pertenencia por el equipo (que por cierto, es quien lo lleva en sus hombros); aunque no me extrañaría verlo en unos años en los Raiders de Oakland por ejemplo (ya ven que los Raiders son como un “asilo” para jugadores próximos al retiro).
En nuestro fútbol soccer solo vea a los entrenadores: Enrique Meza Enriquez (el “Ojitos Meza” pues): Cruz Azul en dos épocas, Morelia, Toros Neza, Toluca, Atlás, Cruz Azul por tercera vez, Toluca por segunda, Pachuca y Cruz Azul por cuarta; el argentino Rubén Omar Romano: Celaya, UAG, Morelia, Pachuca, Cruz Azul, Atlas, América, Puebla, Santos y Altas por segunda vez y como jugador ni se diga: Altético Huracán de Argentina, América, Aztecs de Estados Unidos, León, Necaxa, San Lorenzo de Argentina, Querétaro, Cruz Azul, Veracrúz y Atlante; otro Argentino, Ricardo LaVolpe: como entrenador en Oaxtepec, Atlante, Guadalajara, Querétaro, Atlante por segunda vez, América, Atlas, Toluca, Boca Juniors y Vélez Sarsfield de Argentina, Monterrey y Atlas además de ser entrenador de la Selección de México y ahora de la de Costa Rica y como jugador pasó en el Banfield de Argentina, San Lorenzo de Argentina, Atlante y Oaxtepec; Víctor Manuel Vucetich ha entrenado a León, UAG, UANL, Cruz Azul, UAG por segunda vez, León por segunda vez, UANL por segunda vez, La Piedad, Puebla, Pachuca, Veracruz, Chiapas y ahora en Monterrey.
A los jugadores lo mismo, solo vean al ídolos de multitudes, como el de “Tlatilco” Cuauhtémoc Blanco: América, Necaxa, Real Valladolid (España), Veracruz, Chicago Fire (Estados Unidos), Santos Laguna, Veracruz por segunda vez e Irapuato; Francisco Palencia en Cruz Azul, Espanyol (España), Guadalajara, Chivas USA (Estados Unidos) y UNAM; el “Grandote de Cerro Azul” Carlos Hermosillo en América, Royal Standard de Liège (Bélgica), Monterrey, Cruz Azul, Necaxa, Los Angeles Galaxy (Estados Unidos), América por segunda vez, Atlante y Guadalajara; o Rafael Márquez que ha estado en Atlas, Mónaco (Francia), Barcelona (España) y New York Red Bulls (Estados Unidos).
Para la mala fortuna, lo mismo para en todos los deportes en equipo que sean negocio como el basketball, baseball o hockey sobre hielo y hasta en el football americano de México, sobre todo en su categoría mayor y master (solo que ahí se venden por un financiamiento casi eterno por estudiar en un Tec de Monterrey o UDLA en mayor, o por unos cuantos pesos en la master de Troyanos AC/Osos del Niño Verde/Jets de Balbuena/Titanes de Lomas Verdes/Zorros de Xalapa o como tiendan a emigrar llamarse –lo peor es que éstos de master se creen que por unos pesos son “profesionales”, como si trajeran autos de super lujo, mansiones, viajes en avión, sueldazos, etc., o de menos terminen su carrera (o de menos el primer semestre) o sean ejemplos sociales como para ser profesionales de verdad pero en fin…-
¿Cómo hacer que los jugadores y entrenadores en todos estos niveles le tengan amor a la camiseta si bailan al sonido del dinero; qué chingados le enseñaran los entrenadores a sus pupilos sobre el sentido de pertenencia del uniforme que traen puesto si un día está con su equipo y al otro año en el equipo de enfrente; no serán acaso hipócritas e incongruentes si te exigen un día defender la camiseta y al otro desde la banca contraria asesoran al jugador con el que te enfrentarás y hasta le dicen tus debilidades; hasta dónde se dejan pisotear su dignidad o se olvidan de la ética profesional por tener desde quince minutos de fama hasta unos años de lástima en la banca solo por seguir cobrando un cheque que cada año baja y baja en la cantidad que les pagan y lo prefieren a enfrentar la realidad y el peso de los años? Es como si los eternos coaches Joe Paterno de Penn State (NCAA) o Jacinto Licea (Águilas Blancas) se pasaran a entrenar a los archirrivales de Pittsburgh u Ohio State o Pumas de la UNAM respectivamente ¿de qué sirve un clásico América contra Chivas, Monterrey contra Tigres, las de baseball entre Medias Blancas contra Cachorros en Chicago, o Medias Rojas contra Yankees en NuevaYork, la antigua rivalidad de la “Guerra Civil” del fútbol americano colegial en Estados Unidos entre las escuelas de Oregon, o la que tienen las Oklahomas, las Floridas, las de Michigan, California o Arizona si el pinche dinero pone y quita jugadores y entrenadores y que se amuele su afición?; y lo más importante ¿hasta dónde el dinero seguirá corrompiendo el deporte en conjunto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario